CONCEPCIÓN.- La ciudad de Monteros ayer amaneció sacudida por una terrible tragedia. Una docente y su marido murieron en un accidente de tránsito que se registró a las 8.30 en la esquina en que se encuentra la comisaría de esa ciudad. Una tercera víctima se encuentra internada en grave estado en el hospital Padilla.
Las víctimas, todas de Villa Quinteros, iban en un VW Gol que fue embestido en el costado izquierdo por una camioneta Toyota Hilux conducida por un joven que, según testigos, circulaba a alta velocidad y en evidente estado de ebriedad.
Los fallecidos son Mario Antonio Abregú, de 39 años y conductor del auto y su esposa Lilian Elizabet Rodriguez, de 36 años. El matrimonio murió en el acto. En tanto Marcela del Valle Abregú, de 30 años, fue derivada al Centro de Salud y de allí al Padilla, donde permanecía hasta anoche, informaron fuentes del hospital. Los familiares de Lilian dijeron que esta habría estado con un embarazo de dos meses, según lo habría confesado ella misma hace pocos días.
El chofer de la camioneta
El chofer de la camioneta fue identificado como Franco Soria, de 20 años y con domicilio en Acheral. Es hijo de un conocido matarife de ese pueblo.
El joven, que resultó con lesiones leves, fue internado en el hospital local y permanecía en calidad de aprehendido por orden de la fiscala de Instrucción de la I° Nominación del Centro Judicial Monteros, Mónica García.
Los testigos aseguran que Soria ingresó a alta velocidad desde la ruta 38 a la ciudad por calle España y luego dobló a la derecha por Roca para seguir hasta llegar a 24 de Setiembre. Por esa arteria continúo acelerando hasta la esquina de Bernabé Aráoz.
“Aquí avanzó a pesar de que el semáforo estaba en rojo. Así se terminó llevando por adelante a esta gente inocente”, comentó Rubén Horacio Quinteros, uno de los testigos del hecho.
“Lo vi pasar a alta velocidad y luego de morder el cordón de la vereda siguió zigzagueando de un extremo a otro de la calle. Pensé que él se iba a matar, pero después me enteré de esta desgracia que produjo”, dijo por su parte el albañil Juan José Quinteros, quien realizaba un trabajo en un local que está en calle España y que se acercó al lugar de la tragedia.
Salían de desayunar
“Ellos siempre venían los domingo a esta ciudad a hacer compras en un súper. Y hoy al parecer tenían previsto hacer lo mismo”, comentó un pariente.
Según este, las víctimas estuvieron desayunando en una confitería que está cerca del lugar del accidente, por calle Bernabé Aráoz. De ahí salieron y al llegar a la 24 de Setiembre continuaron adelante al estar de su lado el semáforo verde.
“Lo único que escuchamos fue un tremendo reventón. Cuando salimos la camioneta y el auto estaban en la vereda de esta comisaría. En un VW Gol había dos personas que estaban muertas y otra muy herida. Los bomberos la lograron rescatar y llevarla al hospital. El de la Toyota permanecía desvanecido”, contó el oficial de turno Cristian Céspedes.
“Se hicieron todas las pericias de rigor y no podemos adelantar aún si el joven manejaba ebrio. Los testigos dicen eso, pero son los estudios de laboratorio los que lo van a certificar”, añadió el uniformado.
Fuentes judiciales afirmaron que el muchacho habría estado en una fiesta nocturna y se desconoce las razones por las cuales ingresó a Monteros, ya que su casa está en Acheral.
“No chocó en la ruta de pura casualidad. Varios lo vieron circular pasándose de un carril a otro y saliendo a la banquina”, comentó Carlos Rodriguez, otro testigo. La muerte de Lilian impactó duro en la comunidad educativa de Concepción en donde se desempeñaba como docente. Su madre es secretaria en la escuela de Comercio República de Panamá. (C)